Reciclaje, una deuda pendiente - las mentiras recicladas de cambiemos desde macri...

Aunque cada vez hay más campañas de separación de residuos y de fomento del recupero, en la Ciudad de Buenos Aires sólo se recicla el 6 por ciento de los desperdicios que se generan por día. El desafío de comprometer a los consumidores.



Reciclaje, una deuda pendiente

El reciclaje es todavía un tema pendiente en el país, por más que en los últimos años se han incrementado las campañas y las empresas apuestan cada vez más por la recuperación de los materiales.

Vinculada al reciclaje del plástico, la organización Ecoplas, -entidad técnica profesional especializada en plástico y medio ambiente-, informa que todavía existe una capacidad ociosa del sector del 50%, dejando en claro las faltas del sistema.

Esto se debe a dos causas. Por un lado, desde Ecoplas advierten que las escasas e intermitentes políticas de separación de residuos domiciliaros no logran la concientización del ciudadano, que no asume que separando contribuye al cuidado del ambiente. Esto queda en evidencia en los números: en la Ciudad de Buenos Aires se reciclan sólo un 6% de los residuos que se generan por día, afectando a las plantas de reciclaje, que reciben poco material y no pueden generar un excedente rentable.

En segunda instancia, influye el precio del material, que sufre oscilaciones, y debido a la baja del precio del petróleo, el valor de la materia prima virgen también baja, ocasionando un techo para el precio del material reciclado. En este punto el presidente de Reciclar, -empresa dedicada al reciclaje de diferentes tipos de plásticos-, Sergio Martín, explica en una visita, especial de Socialmente Responsables, a la planta: "Las empresas en la Argentina, no están dispuestas a pagar más por el material reciclado, y no hay un acompañamiento del Estado, que sostenga la actividad". El reciclado tiene como costo extra la logística, el flete y la mano de obra vinculada a su recuperación, traslado y separación, encareciendo el valor del material, y dificultando que las empresas lo quieran pagar. En la situación actual, -de precios bajos para el material virgen-, los costos del reciclado están entre un 10 % y un 20 % por encima del virgen.

Esto deviene en la cuestión ambiental, las empresas no quieren pagar el precio por el material extra, pero no asumen el impacto ambiental ya que el mismo producto con material reciclado consume 89% menos de energía que el fabricado con material virgen, contribuyendo al cuidado del ambiente. "Esa es también una de las diferencias con Europa, ya que ellos tienen una campaña de disminución de gases de efecto invernadero, por lo que el Estado obliga al reciclaje", asegura Mario Tonelli, director Ejecutivo de Ecoplas.

Otra de las diferencias con Europa, y que demora el despliegue del sector, es la falta de una ley de envases, que funciona en países como España. Esta ley obliga al envasador a pagar por cada primer envase de materia primar virgen que coloca en el mercado, y con ese dinero se mantiene la industria del reciclaje. En países europeos, la cantidad de material recuperado alcanza dos tercios, un ejemplo es España que, durante el año 2016, recicló un 76% de sus residuos. En Latinoamérica, Chile fue el primer país en promulgar una ley al fomento del reciclaje para formalizar la industria, responsabilizando a fabricantes e importadores de organizar y financiar la recuperación de los residuos generados por sus productos.

En el caso de la ley de envases en la Argentina, desde 1992 se viene presentando diferentes proyectos, pero ningún logró avanzar, ya que existen presiones de otros sectores para que no se apruebe la ley.

Con respecto a las políticas aplicadas, un dato a tener en cuenta es que desde la prohibición de la entrega de bolsas negra y verdes, bajó la separación de residuos, sumado a la desconfianza del ciudadano del circuito de reciclaje, dificulta el flujo contaste de materiales, plantea Verónica Ramos, gerente de Asuntos Gubernamentales y Comunicaciones de Ecoplas. Esto también es un problema a nivel nacional, donde las provincias desarrollan sus propias campañas y no hay una política nacional.

"No es un negocio como cualquier otro, es un negocio que nunca va a dejar de existir. Tiene épocas mejores y peores. Pero cada país necesita una industria recicladora y hay que sostenerla porque es importante", resalta Martín. En este sentido, cabe destacar que, aunque la industria no esté pasando su mejor momento, el sector sigue incorporando tecnologías.

Actualmente, en el país, se producen 700.000 tn de envases plásticos al año y solo se reciclan 200.000 tn. Para lograr una industria eficiente, en el caso de las plantas recicladoras de PET, se necesita una recolección de alrededor de unas 2.000 tn por mes adicionales de PET, es decir un 75 % más.

Desde el sector empresarial, están formando sus propios circuitos de reciclaje e incentivan a los habitantes a separar los residuos. Varias empresas, especialmente de bebidas, están apuntando a una economía circular y a recuperar sus envases para volverlos a utilizar. Uno de los últimos casos es el de Coca-Cola que lanzó el programa Reciclo, en el cual colocan estaciones, -Ecollect-, en diferentes puntos para que los ciudadanos lleven sus botellas. Las Ecollect son terminales de recupero de envases que cuentan con una capacidad máxima para 600 botellas, que son comprimidas para luego ser llevadas a un centro especializado de tratamiento.

Victoria Martorell, CEO & Co-founder de Ecocollect, coincide con lo planteado por Ecoplas y Reciclar con respecto a la concientización, "La mayoría de la gente sabe la importancia de separar residuos, pero muchos de ellos no lo hacen por falta de compromiso. Esa falta de compromiso, muchas veces, surge por la desconfianza en el sistema de gestión de residuos a cargo de los municipios". También resalta los altos costos de la logística a las plantas de reciclaje, sobre todo en envases como las botellas que tienen poco peso y ocupan mucho volumen y por otro lado, que las insuficientes toneladas de material reciclable que se recuperan hacen difícil la eficiencia de las plantas.

Para enfrentar esta situación, ellos desarrollaron sus máquinas que funcionan como terminales de recupero de envases para lograr recuperar más toneladas de material a reciclar. Además, compactan los residuos haciendo más eficiente la logística y, por último, incentivan a la gente con premios, para reconocerles el esfuerzo extra que implica cuidar el medio ambiente.

Con respecto a las mejoras que hacen falta en el sistema de reciclaje, según las palabras de Martorell, creen que falta recuperar la confianza del ciudadano y mostrar el potencial que tiene la industria del reciclaje cuando las cosas se hacen bien. "Hace falta comprometer al ciudadano y en eso las empresas generadoras de los residuos tienen una enorme responsabilidad. En lo que excede a las terminales de recupero, creo que el aumento de interés viene de la mano del accionar del sector público, si las cosas se hacen como se debe y la gente lo ve, es más fácil lograr adhesión".

Para cambiar los hábitos de los ciudadanos, este año, Unilever comenzó a trabajar con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con el sistema de puntos verdes.

La campaña "Reciclando en la Ciudad" invita a los vecinos a llevar envases vacíos, limpios y secos de cualquier marca o producto a los Puntos Verdes adheridos y por cada envase entregado, el vecino recibirá un cupón de descuento de $20 para la compra de productos Dove, Axe, Sedal y Rexona en Farmacity o Pigmento.

Este programa nace en un contexto donde Unilever, a nivel mundial, está reduciendo su impacto ambiental, desde su objetivo de cero basura en sus plantas hasta repensar el diseño de sus envases para que tengan menos materiales. "También analizamos el impacto de nuestros consumidores, y descubrimos que el 60% del impacto ambiental se vincula con el consumo", cuenta Axel Flügel, gerente de comunicación externa y sustentabilidad de Unilever.

Ante este desafío se pensó una campaña para que todos los actores ganen. "Con el programa motivamos a los ciudadanos, les pedimos que hagan un pequeño esfuerzo para que se lleven un beneficio. La idea es a largo plazo lograr un hábito responsable". Asimismo, se beneficia el Gobierno, ya que no debe seguir enviando residuos al Ceamse, también significa mayor trabajo para las cooperativas y un impacto ambiental positivo.

La campaña empezó en junio, y obtuvieron buenos resultados: el nivel de participación es igual o superior a cualquier otra promoción vigente en el mercado.

"El objetivo es lograr que aumente el volumen del producto reciclado para aumentar el flujo de material que va a las industrias del reciclado, de esta manera se puede mejorar el precio de la materia reciclada y que sea igual a la virgen y así desarrollar una industria de reciclaje estable y competitiva", finaliza el gerente de Unilever.

Uno de los ejemplos más eficientes del reciclaje y reutilización de la materia prima se observa en la industria cervecera, donde los envases retornables son una costumbre.

Quilmes sigue apostando por este modelo y trabajando para consolidarlo. "El modelo de negocio de Cervecería y Maltería Quilmes se basa en la economía circular y nuestra estrategia de sustentabilidad se centra en las 3R: Reducir, Reutilizar y Reciclar", afirma Vanesa Vázquez, jefa de Sustentabilidad.

Un ítem importante de la estrategia es que el consumidor es el dueño de su producto: "como pieza central de este círculo, devuelve el envase al punto de venta, haciéndolo retornable y luego, gracias a nuestro sistema de recolección inteligente, el mismo vuelve al proceso de manufactura inicial, reciclando un bien ya utilizado, en algo nuevo".

Por otro lado, a lo largo de su proceso de producción de bebidas, reciclan otros materiales como la hez de malta, un subproducto de la cebada obtenida tras la etapa de cocimiento y la elaboración del mosto en el proceso de producción de cerveza; PET reciclado para nueva preformas de PET y cajones plásticos se muele para producir nuevos cajones.

"El ejemplo más claro de nuestro modelo es el envase retornable que se utiliza hasta 29 veces y luego, vuelve al proceso de manufactura inicial". Entre los beneficios de este proceso, en primera instancia la generación de menos residuos, ya que por cada 1.000 litros de cerveza que se consumen utilizando envases retornables se evita el equivalente a la cantidad de residuos domiciliarios que generarían 460 personas por día en el país; en segunda instancia, la utilización de menos energía y agua, cada 1.000 litros entregados en botellas que son reutilizadas se ahorran 6.385 litros de agua vs. una botella no retornable.

Desde la industria del aluminio, la empresa Ball Corporation, se encarga de la fabricación de latas de aluminio y está incorporando la recuperación del material en su proceso. "La industria del reciclaje es un aliado clave para que la lata pueda completar su ciclo de vida y ser reutilizada", expliIa Andrés Agnello, su gerente Comercial.

Y agrega: "Creemos que es importante seguir potenciando estas prácticas a través de la educación de los consumidores y la instrucción de los recolectores". Para seguir fomentando el tema, indican que las cooperativas urbanas de reciclado juegan un rol clave.

La empresa también tiene presencia en Brasil, y allí trabaja en conjunto con recolectores organizados en la cadena de reciclaje. "Allí, la legislación estimula que compañías y recolectores trabajen en conjunto en un marco de trabajo acorde. Tenemos en mente proyectos como este para avanzar en otras regiones donde operamos, como Chile y Argentina", asegura.
ecología,reciclaje,basura,desechos,producción
nota original cronista

Comentarios

Entradas populares