El reto es fortalecer la cultura ambiental
Más de 1.780 personas en Cartagena se dedican al reciclaje o tratamiento de residuos aprovechables.
El reto es fortalecer la cultura ambiental
El barrio Henequén, por ejemplo, está lleno de centros de acopio para plásticos, cartones, papeles, y alrededor de todo esto, hay cientos de personas trabajando, lavando, cortando y procesándolos para que tengan una nueva vida útil.Según el Censo de Recicladores y Bodegas, en la ciudad hay 191 establecimientos dedicados al oficio, pero solo se recicla un 5% de los residuos.
Colombia aprovecha el 17%, por ello para fortalecer el papel de los recicladores en el país, el Gobierno emitió el año pasado el Decreto 596 de 2016, con el cual se reglamenta el esquema operativo para fortalecer el aprovechamiento y formalizar la actividad de los recicladores de oficio. Así va Cartagena.
Un oficio heredado
La Corporación de Reciclajes de Cartagena, Coreca, tiene 16 años de fundada y su sede principal está en Henequén. “Empezamos nuestras labores como recicladores en este barrio porque fue el lugar predilecto de la ciudad para botar basuras durante más de 40 años, primero fue en el botadero a cielo abierto y luego fue en el relleno sanitario que estaba a 500 metros de aquí”, señaló Luis Gómez Cardozo, representante legal de Coreca y quien es reciclador desde los 10 años.
No estaban organizados sino que más de 400 familias se dedicaban al reciclaje de manera informal, pero tuvieron que asociarse cuando el relleno fue trasladado lejos de la zona y se quedaron prácticamente sin empleo. “Con la administración de la época (2001) logramos que 40 familias hicieran parte de un proyecto piloto de aprovechamiento con residuos producidos en estratos altos de la ciudad”, más tarde ofrecieron sus servicios al sector industrial y empresarial, recogiendo los residuos aprovechables en hoteles, restaurantes y sociedad portuaria.
Hoy 45 familias están asociadas y es una de las dos organizaciones registradas a nivel nacional, que ya están trabajando de la mano de las empresas de aseo para ofrecer el servicio de recolección domiciliario.
La formalización
El Decreto 596 indica que las organizaciones de recicladores tienen un lapso de cinco años para formalizarse como empresas de servicios públicos. Coreca se encuentra en el primer año, definiendo área de prestación, reporte de cantidades y de vehículos, así como asignación de contratos, condiciones y uniformes. Pero también deben socializar el portafolio de servicios y en su momento, definir su base de datos de usuarios.
“Estamos en el proceso de conformar el comité de cuentas para recibir los beneficios del decreto. Esta semana tenemos una nueva reunión con Aseo Urbano de la Costa para seguir afinando los acuerdos y que podamos ofrecer los servicios y facturar”, explicó Gómez Cardozo.
Natalia Carballo Pérez, directora jurídica de Aseo Urbano, explicó que esa facturación se dará a partir de los datos que las empresas recicladoras ingresen al sistema y que el papel de las empresas recolectoras se limita a ingresar esa información en la factura, pero la oferta de servicios depende de los recicladores. “Si el reciclador decide que su área de prestación de servicios es una comuna específica, puede hacerlo. Ellos son quienes fijan cómo va a ser su recolección”, aclaró Carballo.
Buscan acoger a más recicladores
De acuerdo con el censo de recicladores realizado en 2016, actualmente el principal lugar de donde los recicladores obtienen los materiales aprovechables es en la vía pública (87%).
Gabriel Pérez Peña, líder de Gestión del Riesgo y Ambiente de Fundación Mamonal, explicó que aunque muchos recicladores tienen determinado un sector de la ciudad para realizar su actividad, como no están organizados, lo que hacen es recoger los materiales hasta que cumplan su objetivo económico diario. “El hecho de que prime el factor económico le imprime a la actividad del reciclaje un carácter volátil, inestable e inmediatista. El reciclador no es consciente de lo complejo que son sus procesos y menos de las oportunidades de mejorar que estos pueden tener si las realiza con el apoyo de un colectivo”, resaltó Pérez.
De Coreca se benefician 45 familias, pero dice Emel Colón, asesor administrativo de la corporación, que pretenden vincular a esos recicladores que siguen desarrollando su actividad de forma individual.
“Este proceso nos dignifica y nos brinda una estabilidad que aún no tenemos a pesar de estar organizados. Aquí no contamos con un ingreso estable, por eso este nuevo proceso nos pone a soñar con prestaciones sociales, seguridad social y estabilidad para nuestras familias”, expresó Luis Gómez.
Coreca realiza procesos de reciclaje con plástico, llegando en el primero al tercero de cinco pasos para convertir el plástico en un producto final; y cartón, que acopian, prensan y dirigen a un centro donde lo transforman en productos.
El compromiso es de la comunidad
Expertos, recicladores, Distrito y empresas recolectoras coinciden en que el más grande reto para que este nuevo esquema de residuos funcione en la ciudad es que todos nos acostumbremos a él, pues la separación desde la fuente es el primer paso.
“Estamos pensando que, en principio, la gente se acostumbre a dividir en dos bolsas, lo aprovechable y lo no aprovechable. Plásticos, botellas, cartones y papeles sin grasa serían recogidos por nosotros mientras que la empresa recolectora pasa por lo demás”, indicó Gómez.
El objetivo de Coreca es que de aquí a cinco años, cuando ellos deben estar formalizados como empresa de servicios públicos, los cartageneros sepan clasificar totalmente.
La facturación
Todavía no se establece la tarifa con base en la que se facturará a través de los recibos de servicios, pero las organizaciones de recicladores ya hicieron acercamientos con Aseo Urbano y Promoambiental Caribe para su inclusión.
Cuando esto sea una realidad, se agregará a la factura donde se cobra la recolección de basuras, una cuota por aprovechamiento, lo que garantizaría la seguridad económica de estas empresas que apenas están surgiendo.
Mientras eso pase, las organizaciones deben enfrentar un reto económico pues aunque están haciendo inversiones, verán los resultados solo si la comunidad se compromete y realiza la selección.
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